El tiempo pasa volando. Ya van cerca de 2 años que nos re-localizamos al sur de la Florida. Parece que fue ayer cuando comenzamos a explorar la idea de mudarnos de nuestra islita querida hacia los Estados Unidos.
Somos una familia de cinco con tres niños, sin familiares cercanos que residan en Estados Unidos. Recuerdo que fue en el verano del 2012, cuando “me entró algo”, una corazonada, “un no sé qué”. Primero me lo guardé pero luego de un viaje con los niños a Orlando, me sentí más segura y lo discutí con mi esposo. El me conoce bien y sabe que soy muy decidida cuando me propongo algo pero también confía mucho en mi criterio. Así que me escuchó atento y lo primero que me pregunta es: Por qué?
Yo tenía en ese entonces 38 anos. En lo personal, profesional y económico estaba en el momento mas estable de mi vida. Habiendo trabajado en Finanzas para la industria farmacéutica por 12 años y, luego de acogerme a una ventana de retiro temprano, me dediqué a hacer crecer un negocio propio en el área de la belleza. Toda mi vida he sido una mujer dedicada y tome muchos riesgos dejándome llevar por mis instintos pero siempre responsablemente y dando el máximo en todo lo que hacía. El camino no había sido fácil pero hasta ese momento pensaba que había logrado todo y mas de lo que hubiera imaginado.
Volviendo a la pregunta de mi esposo, y la de todo el mundo cuando se iban enterando: Por qué quieres irte de PR? Honestamente no creo que pueda contestar con una sola razón y tal vez los miles que se han ido antes que yo tengan otras razones, pero estas fueron algunas de las mías…
- La ola criminal. No creo que haya sido de un día para otro, pero si recuerdo el fuerte dolor en el pecho que sentí cuando ocurrieron varias asesinatos casi seguidos, que conmocionaron a PR completo: La muerte de Estefano, la de Carmen Paredes y luego la de una madre y una hija en una floristería en Bayamón. Sé que hubo sobre 950 muertes ese año pero esas en particular me tocaron una fibra y crearon en mi una inseguridad que nunca había sentido en el pasado. Hubo también varios robos corridos en la urbanización donde vivía y en mas de una ocasión fui testigo ocular, junto con mis hijos, de áreas acordonadas llenas de policías custodiando el cadáver de algún sujeto ejecutado. En otras ocasiones, al transitar por áreas como la avenida Baldorioty, ocurría un tiroteo cerca de nosotros que nos dejaba en pánico por horas. Eso sin contar las historias y las noticias en periódicos y TV que mostraban de manera gráfica lo fuera de control que esta la situación criminal en la isla. Todas estas cosas pasaban por mi mente y solo pensaba en mis adorados hijos, lo inocentes e indefensos que son y en todo lo que me había costado echarlos hacia adelante. La sola idea de que algo les pasara no me dejaba casi ni dormir en las noches y hasta me daba la famosa “perse” de que algo malo nos pudiera pasar cada vez que salíamos, sobre todo en la noche.
- Los servicios de salud. Mi segunda hija, que ahora tiene 13 años, es paciente cardiaca, y fue operada de corazón abierto a los 8 meses de nacida (2002) en EU. Luego de su operación gozó de excelente salud pero justo en ese mismo verano del 2012, nos enteramos que sufría una insuficiencia en su válvula pulmonar, efecto secundario de su operación y que podría necesitar otra operación antes de los 18 años. Los seguimientos médicos los recibió siempre en PR por excelentes doctores. Pero pensar en otra operación me hizo revivir aquel difícil momento, y me atacó una gran preocupación. El éxodo masivo de médicos y los problemas en los hospitales de la isla era otro tema caliente esos días. Que mi hija contara con mayores opciones para velar su condición fue, y es para mi, una prioridad. Recientemente mi hija Camila fue operada con éxito de corazón abierto en el Miami Childrens Hospital.
- La ineficiencia del gobierno. Toda mi vida había trabajado duro: primero para un patrono y luego en mi negocio propio. Mis hijos estudiaban en colegios privados y nunca recibí ayuda del gobierno, muy por el contrario. Siendo un pequeño comerciante sufrí en carne propia la ineficiencia y desorganización que hay en nuestro gobierno. La lentitud en la otorgación de permisos que casi hace que te rindas, una burocracia gigantesca, impuestos y multas por todo, atraso y descalabro en muchos de los procesos, y lo peor de todo: si no conoces a alguien “adentro” a tus casos ni le dan prioridad. Todo era bien cuesta arriba y aunque tiene uno muchas ganas y la mejor intención de hacer las cosas bien, son pocos los que sobreviven y más los que se van a la quiebra por esta situación.
- Opciones profesionales. No es un secreto que la tasa de desempleo seguía aumentando, las fábricas cerrando y cada vez menos opciones de empleo y/o evolución para el gran numero de profesionales con que contamos en PR. Mi marido era uno de ellos. Con una excelente experiencia en el campo de las computadoras, mi esposo llevaba ya varios anos trabajando dando servicios al gobierno y sentía que necesitaba un cambio en lo laboral y en lo económico. Con otro cambio de gobierno en 2012 y cada vez menos trabajos disponibles, nos dimos cuenta que iba a ser bien difícil encontrar lo que buscaba allí en la isla.
Puede que todas estas razones o situaciones existieran desde antes y no nos hubieran afectado tanto hasta ese momento. Puede que algunos las vean como excusas y nos tilden de cobardes que abandonan el barco. Lo cierto es que todos hacemos lo que entendemos es mejor y aunque honestamente nunca hubiera pensado que iba a ser parte de la estadística de profesionales que emigran a EU, así fue.
Creo que la decisión de emigrar es una muy personal, difícil y compleja. No debemos juzgar a los que se van como tampoco al que se queda. Nadie debe “brincar el charco” solo porque otros lo hacen y hay que saber que siempre hay pros y contras que se deben considerar porque “no todo lo que brilla es oro’ del otro lado del arcoíris.
En este momento apenas llevamos 21 meses aquí pero el proceso de re-localizarnos lo fuimos planificando con más de 10 meses de antelación a la mudanza. Hemos enfrentado muchos retos, aprendizajes y experiencias tanto personales como profesionales, después de venir a residir a la Florida, pero al final siento que ha valido la pena el sacrificio.
Yo amo a mi isla y estoy orgullosa de haber nacido allí. Toda mi familia reside en Puerto Rico y siento que es nuestro deber apoyar a la isla y a todos nuestros hermanos boricuas: los de aquí y los de alla, desde dondequiera que nos encontremos.